Raymundo Riva Palacio.-
La
historia de la narcopolítica en Tamaulipas tiene una década de
haber sido ventilada públicamente. Se abrió en Guardados de Abajo, una
comunidad de 300 habitantes en la frontera chica tamaulipeca, donde el 9 de febrero de
2001 el Ejército y agentes federales detuvieron a Gilberto García Mena, “El June“,
lugarteniente de Osiel Cárdenas, para entonces, líder del Cártel del Golfo. A
García Mena lo atraparon en una casa donde él fue joya menor ante el botín de
información que las autoridades encontraron ahí.
La casa era propiedad de Octavio García, delegado de la policía
estatal y uno de los 21 detenidos en el operativo. Las autoridades decomisaron videos y fotografías de fiestas de donde
aparecían funcionarios locales, estatales y policías. Ese
material, además de grabaciones telefónicas que conectaban a
diferentes niveles del gobierno, en ese tiempo encabezado por Tomás Yarrington,
los tienen la PGR y la Secretaría de Gobernación.
Yarrington es uno de los tres ex
gobernadores tamaulipecos que investiga la PGR por presunta relación con el
narcotráfico, y cuyo nombre ha dominado las noticias en las 72 últimas horas
por la divulgación del testimonio de cuatro testigos protegidos de la DEA en un juicio en San Antonio en contra
de Antonio Peña Argüelles, presuntamente su intermediario con el Cártel
del Golfo y Los
Zetas.
En
todo este tiempo, la PGR mantuvo dormida la investigación sobre Yarrington,
quien se ufanaba de ser amigo del ex presidente George
W. Bushdesde los tiempos en que fue gobernador de Texas, y
presumía fotografías en cenas en la Casa Blanca. Yarrington se sintió blindado
jurídicamente durante mucho tiempo, apoyado por la PGR que llegó a negar acusaciones
en su contra, como la del ex diputado local y hoy delegado de la Sedesol en Tamaulipas, Luis Alonso Mejía
García, quien dijo que había recibido 80 millones de dólares del narcotráfico para su campaña electoral.
El
coordinador del Comité de Financiamiento de su campaña era Eugenio
Hernández, quien lo relevó como gobernador. Yarrington aspiró
hace seis años a la candidatura presidencial del PRI, y al ser ignorado se
volcó al negocio la construcción que, de acuerdo a quienes lo conocen, fue el
detonante de una fortuna considerable –dicen sus cercanos-,
razón por la cual lo conectan en el juicio en San Antonio con el asesinato del
candidato a gobernador Rodolfo Torre Cantú en 2010.
Yarrington,
quien se encuentra desaparecido, es visto en el gobierno federal como el
mandatario durante cuya gestión Los Zetas crecieron, se consolidaron y se
convirtieron en cártel. Hernández, a su vez, es percibido como el gobernador en
cuyo mandato el estado perdió el control absoluto de decenas de municipios
donde la ley era la del narcotráfico con la complicidad, por comisión u
omisión, de él.
Hernández
y Yarrington están hoy al margen del PRI, pero Cavazos es número uno en la lista del Senado
para Tamaulipas, impuesto por Miguel Ángel Osorio Chong,
representante de Enrique Peña Nieto en el partido. El candidato
presidencial ha defendido a Cavazos, en cuyo mandato la organización de
contrabandistas que construyó Juan Nepomuceno Guerra, evolucionó en el Cártel
del Golfo al entrar como nuevo jefe su sobrino Juan
García Ábrego, quien contra los deseos de su tío comenzó a
traficar con cocaína. En el último año de gobierno de Cavazos, tras la
detención de Juan García Ábrego y el breve liderazgo de su hermano Humberto, Osiel
Cárdenastomó el control de la organización y reclutó 30 ex
comandos de élite del Ejército,
que crearon Los Zetas.
La
PGR tiene en el expediente los detalles de la historia del Cártel
del Golfo y Los Zetas aparejada a la narcopolítica, pero no ha formulado las
acusaciones contra de los tres ex gobernadores indiciados. La DEA la ayudó
significativamente y Peña Nieto patinó al sugerir que el gobierno de Estados
Unidos se había prestado a una manipulación del gobierno de Felipe
Calderón. En todo caso, la narcopolítica en México regresa a
ser un transfronterizo, que no se resolverá este año, pero que sin duda tendrá
un impacto en la campaña presidencial.
twitter:
@rivapa
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